jueves, 8 de enero de 2015

Lo que la Navidad no consiga...

Cómo ya publicó hace unas semanas mi profesor de Historia económica, y con motivo de abordar uno de los momentos claves que azotaron el principio del siglo XX hoy recordaremos la actividad que llevaron a cabo los combatientes de la primera guerra mundial. Y es que, fue hace apenas dos semanas cuando se publicó una carta de un soldado combatiente en la que expuso el extraordinario espectáculo que supuso parar la guerra por unos días.

Era diciembre de 1914 cuánto el oficial del ejercito británico Alfred Dougan Chater escribió a su madre hace poco más de 100 años donde le contaba el asombroso e inexplicable acontecimiento que estaba dandose lugar en medio de un campo de batalla donde se perdieron y se iban a perder millones de vidas. “Escribo esto en las trincheras, en mi “refugio”, con un fuego de leña y un montón de paja (…), a pesar del duro y verdadero frío de Navidad”. “Creo que hoy he presenciado uno de los espectáculos más extraordinarios que nadie ha visto nunca. Hacia las 10 de la mañana, estaba asomado por encima del parapeto, cuando vi a un alemán agitando los brazos e inmediatamente a dos de ellos saliendo de su trinchera y acercándose a la nuestra”.
Como relata el soldado, los británicos estaban preparados para disparar cuando de repente se dieron cuenta de que éstos iban desarmados. “Uno de nuestros hombres fue a su encuentro y, en un par de minutos, el terreno entre las dos líneas de trincheras era un hervidero de hombres y oficiales de ambos bandos, dándose la mano y deseándose una feliz Navidad”.“Intercambiamos cigarrillos y autógrafos, y algunos tomaron fotos”, añadiendo también que se celebró un entierro por los fallecidos en terreno neutral de ambos bandos. “No sé cuánto tiempo durará… En todo caso, vamos a tener otra tregua en Año Nuevo, ¡ya que los alemanes quieren ver cómo salen las fotos!”, añade.Pese a ello, la tregua por Navidad fue eso, por Navidad. Por lo que nuestro personaje continuó en la guerra llegando a ser herido gravemente aunque se pudo recuperar y volver a Inglaterra para casarse. Murió en 1974. La empresa de servicio postal de Reino Unido publicó esta carta, con el acuerdo de la familia de Chater. La Royal Mail británica difundió además recientemente sellos con las fotografías de la tregua.
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